CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO B
MONICIONES
PRIMERA LECTURA
Escuchamos ahora la promesa que el Señor hace al Rey David de consolidar su reino para siempre. Esta promesa se cumple, de manera definitiva en Jesucristo, como escucharemos después en el Evangelio: "El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
SEGUNDA LECTURA
S. Pablo alaba al Padre por la manifestación del misterio escondido desde toda la eternidad, acerca de su Hijo Jesucristo, que nos ha dado.
TERCERA LECTURA
El cuarto domingo de Adviento centra nuestra atención en la Virgen María. Ella ha sido la que mejor acogió al Señor en su Venida. Escuchemos con atención y devoción en el Evangelio, el relato de la Anunciación.
COMUNIÓN
La Comunión es la unión más grande con el Señor que podemos experimentar en la tierra. En ella pregustamos y tomamos parte de los bienes del Cielo. El Hijo de Dios, hecho hombre, viene a nosotros como vino a la Virgen María. El Cuerpo que se formó en la Virgen Santísima se nos ofrece ahora a todos, como alimento. Es lo más parecido al misterio de la Encarnación.