DOMINGO 34º DEL TIEMPO ORDINARIO C
MONICIONES
La primera lectura trata del momento en el que las tribus de Israel escogieron a David como Rey. Este acontecimiento prefigura a Cristo, cuyo reino hemos de acoger con fe y alegría. Escuchemos.
Jerusalén es la ciudad del Rey David, que prefigura a la Iglesia, enviada a extender el Reino de Dios por toda la tierra hasta la Venida gloriosa del Señor.
Como respuesta a la Palabra de Dios, proclamemos la alegría de pertenecer a la Iglesia.
SEGUNDA LECTURA
La lectura que vamos a escuchar es un himno a Jesucristo, Rey y Redentor. En Él convergen todas las cosas y toda la Historia. Él lo llevará todo a su plenitud. Escuchemos con atención y con fe.
TERCERA LECTURA
Ante el reinado de Jesucristo se reacciona de distinta manera: Unos como los soldados, se lo toman a broma y se burlan. Otros lo toman muy en serio, como el ladrón arrepentido.
Nosotros aclamemos a Cristo Rey, con alegría y esperanza, con el canto del aleluya.
Cristo es Rey y Pastor de su pueblo; el pastor bueno que nos alimenta con su Palabra y con su Cuerpo y Sangre, para que tengamos la fortaleza necesaria para permanecer siempre como miembros fieles de su Reino y para extenderlo hasta los confines de la tierra y de la historia humana como Él nos mandó.