DOMINGO 28º DEL TIEMPO ORDINARIO A
MONICIONES
PRIMERA LECTURA
El Señor nos habla ahora del futuro, del que Él ha preparado para todos. Lo presenta bajo la imagen de un banquete espléndido, en el que ya no habrá muerte, ni tristeza, ni dolor, sino donde todo será dicha y alegría sin fin.
SALMO
Proclamemos ahora, en el salmo, nuestra esperanza en el Señor. Ante las dificultades del camino, descansamos seguros en los brazos del Padre, y decimos: "Habitaré en la casa del Señor por años sin término”.
SEGUNDA LECTURA
San Pablo, desde la cárcel, agradece de corazón a los filipenses la ayuda que le han prestado; y, al mismo tiempo, les manifiesta que está entrenado en todo: en la hartura y el hambre, porque todo lo puede en Aquel que le conforta.
TERCERA LECTURA
Después de la Entrada de Jesús en Jerusalén, sitúa Mateo una serie de parábolas, que denuncian el rechazo del Señor por parte del pueblo de Israel, y la formación de un nuevo pueblo de Dios, la Iglesia. Hoy vamos a escuchar la tercera y última parábola, la de los invitados a las bodas del hijo del rey.
COMUNIÓN
Dios nos convoca al Banquete de la Eucaristía, que prefigura el Banquete festivo y eterno del Cielo, hacia donde nos dirigimos como peregrinos.
Aceptemos su invitación y participemos en él con el traje de fiesta.