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El desafío de ser cristiano en el trabajo
No siempre es fácil conciliar la moral cristiana con las exigencias de la vida profesional, la cultura de la empresa en la que trabajamos y los valores de la competitividad que se imponen en el mundo laboral.
De hecho, en ocasiones podemos sentir que agonizamos entre nuestra vida laboral y nuestros deberes como cristianos. Por tal motivo, cada vez son más las empresas que intentan reconciliar ambos aspectos, mostrando una auténtica preocupación por el respeto del trabajador y la calidad de vida en el trabajo. Un ejemplo de estas iniciativas son los grupos de empresarios cristianos que se reúnen en algunas parroquias o que crean grupos de oración para apoyarse.
Y hablando de trabajo, ¿sabías que el 1 de mayo se celebra el día del trabajador y también la fiesta de San José obrero?
¡Así como lo oyes!: desde 1955, por iniciativa del Papa Pío XII, el 1 de mayo no solo se rinde homenaje a las personas que trabajan, sino también a San José obrero, patrono de los trabajadores. De hecho, esta es la ocasión perfecta en la cual la Iglesia resalta el hecho de que el trabajo nos humaniza, cuando se pone como prioridad el aspecto humano, y nos santifica, cuando ponemos a Dios en el centro de nuestra vida laboral. Al respecto, en la exhortación apostólica Redemptoris Custos, el papa Juan Pablo II se refirió diciendo:
“Gracias a su banco de trabajo sobre el que ejercía su profesión con Jesús, José acercó el trabajo humano al misterio de la redención. En el crecimiento humano de Jesús «en sabiduría, edad y gracia» representó una parte notable la virtud de la laboriosidad, al ser «el trabajo un bien del hombre» que «transforma la naturaleza» y que hace al hombre «en cierto sentido más hombre»”.
Así pues, este mes de mayo estamos invitados a orar a San José para que, por medio de su intercesión, nuestros lugares de trabajo sean lugares donde podamos crecer y realizarnos profesionalmente.
Y, cada vez que tengamos dificultades en el trabajo, podemos confiarlo al Señor y recordar las palabras que nos dijo el apóstol Pablo en la carta a los Colosenses:
“Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor” (Colosenses 3:23-24).
¿Qué tal si en este mes de mayo encomendamos a Dios y a San José nuestros problemas y asuntos laborales, aceptando el desafío de ser cristianos en nuestro trabajo?
Escrito por: Alice Ollivier de Hozana.org.- -Traducido y adaptado del francés por Sharael Sánchez
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¡Descubre 6 buenas razones para guardar silencio!
En la Biblia, concretamente en Proverbios, uno de los libros del Antiguo Testamento, el Señor nos regala hermosos tesoros llenos de profunda sabiduría y belleza. Curiosamente, uno de los consejos que más se repiten allí es el de cuidar la lengua o saber callar.
A continuación, queremos compartir contigo algunos versículos bíblicos que nos muestran la importancia de medir nuestras palabras, pues el silencio es el principio de la sabiduría, y la habladuría es la fuente de muchos males:
“Donde abundan las palabras nunca falta el pecado, el que refrena sus labios es un hombre precavido”. (Proverbios 10:19)
“El que vigila su boca protege su vida, el que abre demasiado sus labios acaba en la ruina”. (Proverbios 13:3)
“El que guarda su boca y su lengua guarda su vida de las angustias” (Proverbios 21:23)
Por un lado, las Escrituras nos enseñan que el sabio habla con sabiduría, pero también nos muestra que al guardar silencio podemos ser considerados como sabios:
“Hasta el necio, si calla, puede pasar por sabio, y por inteligente, si cierra los labios”. (Proverbios 17:28)
“El que mide sus palabras es un hombre que sabe, y el que mantiene su sangre fría es inteligente”. (Proverbios 17:27).
“El insensato da libre curso a su mal humor, pero el sabio lo refrena y apacigua”. (Proverbios 29, 11)
En este orden de ideas, estamos invitados a imitar a los sabios con un sencillo gesto: ¡guardando silencio!, especialmente en esta era saturada de redes sociales, comentarios, testimonios y opiniones sobre temas diversos, y en ocasiones muy banales que causan mucho ruido interior.
De hecho, es necesario recordar que la Biblia nos enseña que el silencio no es ausencia, sino un espacio donde podemos tener un encuentro, con Dios, con el otro y con nosotros mismos. Así que…
Shhh… respiremos profundo, cerremos nuestras bocas, y disfrutemos las ventajas de guardar silencio.
Escrito por: Alice Ollivier de Hozana.org.- -Traducido y adaptado del francés por Sharael Sánchez
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¡Descubre la espiritualidad de las pequeñas cosas!
¿Alguna vez te has preguntado si es posible ser espiritual y tener los pies en la tierra al mismo tiempo?... Te adelanto la respuesta: ¡Si es posible!
De hecho, Jesús nos lo muestra claramente, al enseñarnos los misterios del Reino de Dios con ejemplos de la vida cotidiana: “en esa oportunidad, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños»” (Mateo 11:25).
En la Biblia, especialmente en el Evangelio de San Mateo, encontramos un gran número de parábolas que Jesús compartió con sus discípulos, para enseñarles grandes verdades, a través de ejemplos de la vida cotidiana o de la observación de la naturaleza.
En ese orden de ideas, podemos decir que cada momento de nuestro día y cada una de nuestras tareas cotidianas, puede ser una oportunidad perfecta para meditar en los misterios de la fe, y también una forma de acercarnos al Cielo.
Por ejemplo:
● Cuando hemos perdido algo que es de mucho valor para nosotros, ponemos toda nuestra energía y dedicamos mucho tiempo para buscarlo. De este modo, la parábola del hijo pródigo nos invita a buscar la Misericordia Divina cuando nos extraviamos, recordando cuán grande es el amor de Dios por nosotros, que es capaz de esperar nuestro regreso con los brazos abiertos.
● Cuando cocinamos, podemos observar cómo una suma de ingredientes muy diversos, pueden convertirse (gracias al trabajo de nuestras manos y de otros elementos como el efecto de la cocción, la alquimia alimentos), en un delicioso plato que nos permitirá disfrutar de un momento de compartir y goce. Por ejemplo, mientras dejamos cocer nuestro pastel en el horno caliente, podemos aprovechar para meditar en la parábola del trigo y la cizaña, de modo que podamos comprender la importancia de dejar crecer la buena semilla del Reino de Dios en nuestras vidas, y de seguir su voluntad, para no perecer en el horno ardiente, sino que podamos alcanzar la vida eterna.
● Ordenar, sacudir el polvo, limpiar la casa, arrancar las malas hierbas del jardín... son tareas necesarias que debemos hacer con regularidad. De hecho, la parábola del sembrador nos permite entender que nuestro corazón también necesita estos cuidados regulares para poder recibir la palabra de Dios de manera correcta. ¿Y qué tal si te animas, con cada barrido, con cada sacudida, a pedir al Espíritu Santo que venga a limpiar y cuidar tu vida interior?
Escrito por: Alice Ollivier de Hozana.org.- Traducido y adaptado del francés por Sharael Sánchez
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¡Acoge lo nuevo del Señor en tu vida!
El domingo 9 de abril celebramos la Pascua: la fiesta de alegría y vida, en la cual recordamos la resurrección de Cristo con mucho gozo; y es que precisamente este suceso nos invita a experimentar una renovación interior, es decir, una vida nueva y eterna… Además, esta temporada también es propicia para sentir ese llamado a dejar brotar la vida, que se encontraba adormecida hasta el momento, a través de cada nueva flor que crece, y de cada capullo que florece gracias a la primavera…
De hecho, en este mes de abril, estamos llamados a dejar germinar en nuestras vidas estos versículos bíblicos que nos hablan de renovación, y nos invitan a:
- Acoger al Espíritu de Dios, que nos cambia interiormente.
“Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne”. (Ezequiel 36:26).
- Abrir nuestro corazón para recibir una vida nueva.
“Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola. La higuera dio sus primeros frutos y las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía!” (Cantar de los Cantares 2:11-13).
- Dejar atrás el pasado.
“El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente” (2 Corintios 5:17).
- Sumergirse, con todo nuestro ser, en la gloria de Dios.
“Quítate tu ropa de duelo y de aflicción, Jerusalén, vístete para siempre con el esplendor de la gloria de Dios, cúbrete con el manto de la justicia de Dios, coloca sobre tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu resplandor a todo lo que existe bajo el cielo” (Baruc 5:1-3).
¡Tomemos lo nuevo que el Señor tiene para nosotros en este nuevo mes que acaba de comenzar!
Escrito por: Alice Ollivier de Hozana .org.- Traducido y adaptado del francés por Sharael Sánchez