Por gentileza de Alice Ollivier. Asociación Hozana
4 ideas para mantenerse en oración durante las vacaciones
Nuestros hábitos cambian cuando estamos de vacaciones, incluso si no nos vamos de viaje, puesto que durante este tiempo, dedicamos nuestras horas a la realización de diversas actividades, salimos con más frecuencia, dormimos un poco más, etc. En definitiva, nuestra rutina da un giro inusual, y, aunque eso es bueno para nosotros, deberíamos preguntarnos si realmente acordamos un momento para la oración diaria durante este tiempo de relajación.
Quizá te estás preguntando ¿cómo hacer para orar cuando descansamos? A veces parece difícil encajar nuestros hábitos de oración en nuestros horarios de vacaciones, así que nos gustaría compartir algunos consejos para renovar y mantener vigente nuestro tiempo a solas con Dios, incluso cuando nos relajamos:
- Surfear sobre el deseo de buscar algo nuevo. En algunas ocasiones, las vacaciones nos despiertan el deseo de cambio, de descubrir nuevas cosas y de experimentar la tan anhelada libertad. Pues bien, este deseo también puede verse reflejado en nuestros hábitos de oración: ¿qué te parece si tomas unas semanas para explorar territorios de oración desconocidos (el Santo Rosario, la lectio divina, la meditación cristiana, etc.)?
- Crear el hábito de vivir en alabanza. Cada momento que disfrutamos durante nuestras vacaciones, podemos pensar ¿qué me maravilla cada día? ¿El canto de los pájaros? ¿La vista al mar? ¿Los almuerzos en familia?... De hecho, una buena manera de vivir este tiempo con alegría, es siendo conscientes de cada bendición que el Señor nos da, y alabándolo por sus misericordias que se renuevan cada mañana. Para esto, podemos recitar un versículo de un salmo: “¡Que todos los seres vivientes alaben al Señor! ¡Aleluya!” (Salmo 150:6), “al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre”(Salmo 103:1), o entonar una hermosa canción de alabanza. De este modo, y sin mucho esfuerzo, nos acordaremos de alabar a Dios por sus maravillas, ¡al menos una vez al día!
- Sumergirse en una saga emocionante. Sabemos que el verano es el momento ideal para dedicarnos a la lectura y la evasión. ¿Qué tal si nos lanzamos en la aventura de leer textos bíblicos o libros inspirados en los grandes hombres y mujeres del Señor?
Recordemos que en la Biblia, tenemos acceso a más de 70 libros en un solo volumen: ¿qué tal si leemos la sorprendente historia de Ester o de Job? ¿Qué diríamos sobre explorar las tribulaciones del pueblo de Israel narradas en el libro de Éxodo? O para los más osados, ¿qué tal si profundizamos en las visiones sobrenaturales del Apocalipsis?... ¡Seguro que hay un libro adaptado a cada persona en la biblioteca de Dios, que se puede descubrir durante estas vacaciones!
- Tomarse el tiempo para saborear plenamente cada minuto. Generalmente, se acostumbra a tomar vacaciones durante el verano, que es la estación de las frutas, los sabores frescos, dulces y delicados al paladar. Por eso, una buena manera de disfrutar estos momentos de relajación, es degustando un versículo de la Biblia que hayamos elegido con mucho cuidado, y que incluso podemos convertirlo en nuestro versículo de verano, para luego saborearlo durante todo el día, ¿y por qué no, durante todas las vacaciones?... La idea es extraer todos sus sabores, dándole el tiempo suficiente para abrirse y permitirnos descubrir toda su riqueza y sazón.
Hermanos, ¡pidamos al Señor la gracia de disfrutar tanto la oración como disfrutamos nuestros momentos de vacaciones y ocio!... ¡Que estas vacaciones sean un momento provechoso para nuestra vida de oración, y que podamos conservar el aroma y los sabores de Dios en nuestro corazón durante todo el año!
Escrito por: Alice Ollivier. Traducido y adaptado del francés por: Sharael Sánchez.- Artículo en colaboración con Hozana.org
Por gentileza de Alice Ollivier. Asociación Hozana
¡5 bellas razones para rezar los misterios gloriosos!
El Santo Rosario es una oración tradicional que nos permite meditar en los acontecimientos principales de la vida de Cristo, también conocidos como Misterios.
La oración del Santo Rosario está compuesta por 4 categorías de Misterios asociados a la vida de nuestro Señor Jesús: los Misterios Gozosos, los Misterios Luminosos, los Misterios Dolorosos, y por último, los Misterios Gloriosos, que juntos nos permiten contemplar a Cristo a través de la mirada de María.
Rezar el Santo Rosario es muy sencillo; según nuestra disponibilidad, podemos rezar el Rosario completo, meditando en las 4 categorías de misterios existentes, o rezar solamente los misterios del día (una sola categoría), teniendo en cuenta que cada misterio incluye la recitación de un Padre Nuestro, 10 Avemarías y un Gloria.
Como cristianos, nuestro deber no consiste en intentar comprender o descubrir las explicaciones de cada Misterio, sino en profundizar en cada uno de ellos, al ser tesoros espirituales que permiten iluminar nuestro camino y recibir hermosas gracias.
En esta ocasión, te proponemos rezar los Misterios Gloriosos, que corresponden al Rosario de los miércoles y domingos. A continuación, te compartimos 5 hermosas razones para rezar estos misterios:
¡Los Misterios gloriosos exaltan a Cristo resucitado y revelan el camino trazado entre el cielo y la tierra!, por eso, antes de rezar cada decena del rosario para meditar en estos misterios, podemos pedir a Dios una gracia particular para que este tiempo de oración lleve abundantes frutos. Por ejemplo:
- Una fe más grande y viva, a través del misterio de la resurrección de Cristo. Jesús resucitado es el centro de la fe cristiana. Al meditar en su resurrección, volvemos nuestra mirada a todo aquello que nos hace vivir.
- Una esperanza fuerte y desapego de los bienes terrenales, mediante la Ascensión de Cristo. Este misterio nos invita a volver la mirada hacia Jesús y a seguirle. Jesús nos ha mostrado el camino, así que, ¡pongámonos en marcha para seguirle!
- El derramamiento del Espíritu Santo, en nuestros corazones y en el mundo entero, por medio del misterio de Pentecostés. Del mismo modo en que los discípulos y María oraron con fervor hasta ser llenos del Espíritu santo, nosotros también estamos llamados a abrir nuestros corazones a este soplo apostólico, para poder ser portadores de la Buena Noticia en todas las naciones de la tierra.
- La gracia de una buena muerte con el misterio de la Asunción de María. Entreguemos a María ese momento en el que todos debemos comparecer ante Nuestro Padre Celestial.
Pidámosle a María que esté a nuestro lado y nos conduzca de su mano hacia el Señor.
- La confianza en María, mediante su coronación. La Virgen María es Reina del Cielo, por eso, Jesús nos invita a acogerla en nuestras casas, tal como hizo San Juan Evangelista. Te invitamos a descubrir hasta qué punto su presencia en nuestras vidas es un apoyo y una fuerza que nos ayuda a recorrer nuestro camino hacia el Cielo.
Hermanos, ¡meditemos en los misterios gloriosos, y revivamos esa gran alegría que nos recuerda la victoria de Cristo sobre el mal!
Escrito por: Alice Ollivier. Traducido y adaptado del francés por: Sharael Sánchez.- Artículo en colaboración con Hozana.org |